Educando en el siglo XXI

" El nuevo reto de la educación y la formación en la sociedad de la información es cualificar a los sujetos como usuarios inteligentes en su interacción con las TICs y la información que les permita distinguir lo relevante de lo superfluo "
Beatriz Fainholc

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Barrio Residencial del Este, Paysandú, Uruguay
¿Quiénes somos? La Escuela Nº 105 fue inagurada en el año 1986. Su local se comparte con la Escuela Nº 89 de la ciudad de Paysandú. Está ubicada en Proyectada 26 Norte y Grito de Asencio, en el barrio Residencial del Este. Como el nombre lo indica la rodean residencias de familias trabajadoras y locales comerciales tales como almacenes, panadería, carnicería, ferretería, reparaciones y accesorios para bicicleta y un mini mercado. En el barrio existe una ONG, MOPI, donde se atienden a contraturno varios niños que concurren a este centro educativo. A cuatro cuadras se encuentra un centro Caif que atiende a niños de 0 a 3 años. A media cuadra cruza la Avenida Ferreira Aldunate, acceso a una de las principales rutas del país (Ruta 3 Gral Artigas) y a cuatro cuadras cruza la Avenida Boulevard Artigas, acceso al Puente Internacional General José Artigas. Los niños que concurren a esta escuela se domicilian en su mayoría en los barrios: Artigas, Andresito, Espejo, Chaplin, del Río Uruguay y Obreros Unidos. Existe una policlínica barrial donde los niños son controlados y atendidos.

Resolución de conflictos en el ámbito escolar

La resolución de conflictos en el ámbito escolar


Por Francisco Javier Abajo Olivares (*)

Desde nuestra base cultural tendemos erróneamente a considerar el conflicto como algo negativo, perjudicial para nuestras relaciones y un ataque hacia instituciones o estructuras establecidas. Lo asociamos con palabras como "guerra", "violencia", etc. y, sin embargo, no es así. La idea de conflicto es inherente al ser humano y se producirá donde quiera que dos personas acometan una tarea en común.

El conflicto no es, en sí mismo, ni bueno ni malo. Es la forma de enfrentarnos a él, el "cómo" lo abordamos, lo que puede convertirlo en una oportunidad de crecimiento y de aprendizaje o, por el contrario, en un camino hacia el enfrentamiento o la violencia.

Hecha esta aclaración previa, podríamos intentar construir un posible concepto de "conflicto escolar" definiéndolo como "un desacuerdo de ideas, intereses o principios entre personas o grupos, dentro de la comunidad escolar, de tal manera que, en ese momento y en ese contexto, las partes perciben sus intereses como excluyentes, aunque realmente no lo sean".

El conflicto dentro del ámbito escolar se refiere, por lo tanto, no solamente a los originados entre alumnos (con o sin violencia), sino a los generados entre todos sus componentes: alumnos, docentes, dirección, familias, etc. No olvidemos nunca de que un conflicto no resuelto es un conflicto de toda la comunidad escolar y afecta, de una u otra forma, a la estructura en su conjunto.

El origen de los conflictos

Aplicando al ámbito escolar la clasificación de Christopher Moore (1986), podríamos comenzar señalando que existen conflictos "innecesarios" y conflictos "genuinos".

Los primeros tienen su origen principalmente en problemas de comunicación o percepción. La falta de información, una errónea interpretación de los datos o diferentes opiniones acerca de su importancia pueden dar lugar a rumores, malentendidos y equívocos. Las percepciones erróneas, los estereotipos y los errores de comunicación o las emociones intensas (normalmente de corte negativo) originan problemas vinculados con nuestro sistema de relaciones. Por esta razón se los considera "innecesarios": se pueden evitar. El camino será mejorar la comunicación, escuchar atentamente al otro y legitimar mutuamente nuestras emociones.

El segundo grupo (los conflictos "genuinos") engloba aquellos supuestos en que aparecen intereses aparentemente contrapuestos (ya sean de procedimiento o de contenido) o de carácter competitivo y excluyente. Igualmente, entrarían dentro de este concepto aquellos conflictos originados por problemas de tipo estructural (vinculados con el sistema normativo y sancionador, la distribución de recursos escasos o cuestiones vinculadas con el ejercicio del poder y la autoridad, entre otros). Su adecuado abordaje pasará por la búsqueda de opciones válidas para ambas partes y generadas por éstas.

La negociación y la mediación en la escuela

Ambas figuras aparecen como máximos exponentes de los denominados métodos alternativos de resolución de disputas (R.A.D.). No son, desde luego, "soluciones mágicas", ni resultan aplicables a todos los conflictos. Se trata de herramientas que nos pueden ayudar en la búsqueda de soluciones creativas basadas en el diálogo y la cooperación.

"Habitúate a estar atento a lo que dice el otro y penetra tanto como sea posible en el alma del que habla". Esta frase de Marco Aurelio define uno de los principios fundamentales de la negociación y la mediación: mejorar la comunicación. Aceptar la diversidad del otro y escucharle atentamente, legitimando sus sentimientos. Aceptar que una misma realidad puede ser percibida de maneras diferentes es un buen comienzo.

La segunda característica sería la de devolver a las partes en conflicto el protagonismo sobre el mismo y sobre la búsqueda de posibles soluciones. Se trata de que sean los involucrados en la disputa (por sí solos o con la ayuda de un tercero neutral –como sucede en la mediación-) quienes elaboren soluciones "a su medida", haciéndose responsables de sus decisiones.

En un tercer lugar, esta búsqueda de soluciones debe elaborarse sobre la base del esfuerzo común hacia lo que se denominan "opciones de mutuo beneficio", con centro en la búsqueda de los intereses reales de las partes. La negociación cooperativa (y no competitiva) tiende a eliminar las figuras del "ganador-perdedor", centrándose en un esquema en el que ambas partes "ganan", de manera que salgan satisfechas con el resultado. Una negociación bien dirigida convierte a las partes involucradas en "socios" hacia la búsqueda de una solución al conflicto.

Podemos entender la mediación como una negociación en la que, sobre la base de la confidencialidad, las partes están asistidas con la intervención de un tercero neutral, que facilita la comunicación y el diálogo. La activa intervención de un mediador debidamente capacitado debe ayudar a que afloren los intereses reales de las partes. "Separar a la persona del problema", legitimando a las partes y centrando los esfuerzos en la búsqueda de soluciones al problema resulta fundamental.

Aquellos que llevamos años trabajando en este sentido sabemos que no es tarea fácil. Nuestra cultura es marcadamente competitiva y excluyente (las dos partes "no pueden" tener razón). Sin embargo, poco a poco vemos cómo se va produciendo un cambio de actitud en este sentido.

Trasladar al ámbito escolar estas figuras de resolución de conflictos es, sin duda, abrir un camino hacia el diálogo, la tolerancia y la convivencia pacífica en nuestras aulas. Sin embargo, debemos tener claro que no basta. Debemos "predicar con el ejemplo". Procuremos que no sea realidad lo reflejado en una viñeta por un humorista gráfico español: un grupo de alumnos sentados en sus pupitres miraban, entre asustados e incrédulos, a un maestro que, mientras blandía una regla, les increpaba a los gritos en actitud amenazadora: "¡He dicho que aquí vamos a aprender a convivir en paz!".





(*) Abogado y mediador docente